Los secretos de la poda de los rosales

El buen tiempo del que hemos gozado desde comienzos de año ha provocado que el mes de marzo sea la época ideal para ponernos manos a la obra. 

 

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Si adelantamos la poda, corremos el riesgo de sufrir las heladas tardías de febrero, y si nos retrasamos demasiado, la floración del Rosal se verá resentida al iniciarse ya con el calor del verano.

Aún así, en regiones con un clima suave, la poda se puede efectuar antes de tiempo.

Cada Rosal tiene sus propias peculiaridades a la hora de meterle las tijeras, por eso debemos conocer de antemano todos los detalles.

Rafael Salmerón, director del Centro de Jardinería Los Peñotes, tiene claras las ventajas que ofrece un buen saneamiento de los Rosales: "esta poda tiene como fin mejorar el crecimiento, vegetación y floración del Rosal,mejorando su vigor y equilibrando la madera vieja y nueva del pie.

" Una poda correcta es sinónimo de flores abundantes y fuertes en primavera".

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Vídeo explicativo

Antes de entrar en materia os dejamos este vídeo explicativo, esperando que sea de vuestra utilidad.

Rosales de pie bajo y trepadores

Los Rosales de pie bajo son los más comunes y fáciles de encontrar. Las variedades arbustivas deben podarse siempre en forma de vaso, erradicando las ramas centrales y aquellas que puedan estar perjudicando a otras más fuertes. 

A la hora de cortar unas ramas u otras, fíjate bien en su grosor: si es pequeño (como un lapicero) deja tres yemas, y si son más gruesas, seis. 

Podaremos siempre por una yema orientada hacia fuera, para que el Rosal vaya adquiriendo forma de copa. 

Es importante que el corte sea siempre oblicuo, evitando así la acumulación de líquido. 

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Procura tener bien afiladas las tijeras.

Por otro lado, las especies trepadoras y de enredadera tienen una serie de particularidades, tal y como comenta Rafael Salmerón: "los Rosales trepadores necesitan una poda de formación más severa los primeros años para 'educarlos' hasta formar la estructura básica que cubrirá nuestra pérgola, trillar o arco.

Posteriormente, se reducirá a mantener un equilibrio de madera y eliminar chupones y ramas que se entrecrucen." Debemos procurar que los brotes crezcan lo más horizontalmente posible.

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Después de la poda...

Es recomendable aplicar un poco de abono orgánico específico para estas plantas, aunque podemos esperar a los primeros brotes para hacerlo. 

Si fuese necesario, existen fertilizantes minerales que suplen determinadas carencias nutritivas de los Rosales, como el potasio o el nitrógeno. 

Si ves que sus hojas adquieren un tono amarillento, acude a tu vivero de confianza.

Una vez realizada la poda, basta con que el Rosal reciba de tres a cuatro horas de sol por la mañana para que florezca regularmente. 

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En lo referente a los riegos, prefiere los términos medios, ni mucha agua ni demasiada sequía.

Si se cultiva en maceta, conviene regarlo cada tres o cuatro días, y en el caso de que esté en el jardín, una vez a la semana.

Los Rosales se desarrollan mejor en zonas templadas y crecen con más facilidad en condiciones de inviernos fríos y helados, primaveras suaves, y días con mucho sol en verano.

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Consejos comunes de poda

 A la hora de realizar la poda, quita siempre todas las ramas muertas que encuentres.

 Las flores marchitas y mustias también deben ser cortadas, ya que están consumiendo nutrientes que podrían destinarse a flores nuevas. Puedes realizar el corte a partir de la segunda hoja.

 Los brotes que nacen del patrón o portainjerto del Rosal deben ser erradicados, ya que no dan flores y, además, desperdician parte del agua destinada a otras ramas más fuertes.

 Debemos dejar un equilibrio entre ramas viejas y jóvenes, considerando estas últimas aquellas con menos de dos años.

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 A la hora de realizar la poda, hay que intentar abrir el rosal, evitando que las ramas se crucen. Un buen recurso es utilizar pequeños trozos de cinta americana para marcar las zonas que debemos cortar.

Una planta con muchas ramas da flores en abundancia, pero de una apariencia mediocre, ya que malgasta la savia en alimentar ramas innecesarias.